Nos pasamos la vida quejándonos y soñando a veces con tener mejor suerte, cuando deberíamos aceptar que no somos más que lo que nosotros mismos hemos querido ser. Aceptemos la responsabilidad de que somos el resultado de lo que nosotros hemos decidido ser y reconocer nuestros fracasos. Sólo así podremos corregir nuestro destino comenzando de nuevo.
En esencia nos dice que no debemos culpar a nadie ni quejarnos de nada ni de nadie, porque en fondo , somos nosotros los que hacemos y decidimos nuestra vida.
Espero que os ayude como a mí, a ver las cosas de otra forma.
Siempre es mas fácil culpar a los demás y no hacernos cargo que somos causa de nuestra vida.
ResponderEliminarMuy buena entrada!!
Cariños....
Muchas gracias Oriana por tu visita y por tu comentario. Un beso :-)
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