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Paulo Coelho

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martes, 15 de marzo de 2011

Mi Málaga

   A Málaga, la han llamado en tiempos recientes Ciudad del Paraíso,  Tierra de Santa Alegría, y cuantas cosas más.

   Málaga como algunas muchachas que ya empiezan a meterse en años recoge estas flores con modestia y sin sonrojos, salvo cuando hay un poeta que la define entre sus hermanas andaluzas así: “Málaga Cantaora”, y entonces Málaga canta y se ruboriza.

   Málaga conserva todos sus tópicos que están en las coplas flamencas: barrios de Caleta y el Limonar,  señoriales o señoriles,  el Perchel  y el Palo de pescadores. Hay una plaza de toros que parece una moneda de oro arrojada entre el cemento, y los recuerdos de tiempos lejanos parecen encaramarse a las alturas en un intento de supervivencia, estos recuerdos son la Alcazaba Mora y el Castillo de Gibralfaro, donde hay un parador de turismo en lugar de las troneras y las espingardas. 

   Como no había parador en sus buenos tiempos, dicen que Isabel y Fernando, los Reyes Católicos,  se alojaron en la Alcazaba, muy cerca de donde estaban las ruinas del teatro romano que recuerdan toda la prosapia de esta ciudad, y eso que son ruinas recientes comparadas con las que ya no existen de la fundación fenicia de Malaca o la colonia griega de Mainaque. Cuantos siglos transcurridos y qué vieja graciosa es ahora Málaga.

   Hay que ver como es esta ciudad, las cosas que pasan aquí,  a la Catedral le falta una torre de las dos que debería tener, y resulta que fue porque los fondos necesarios para terminarla se enviaron a subvencionar la independencia de los Estados Unidos de América, cosa que se conseguiría posiblemente a costa de que la Catedral malagueña tenga una torre si y otra no.

   Málaga está en el centro de su hoya, “la Hoya de Málaga”, justo en el centro. Hubo en los remotos milenios dos ríos que se ocuparon de rellenar lo que antes fue un golfo marino, y de este modo hacerle un asiento a Málaga, pero como hace algunos millones de años, ya no hay memoria de ello, lo que hay es una hoya cuya espalda son montañas, cuyo centro es la ciudad de Málaga y a cuyos lados derecha e izquierda, oriente-occidente, este-oeste se extiende un invento del siglo pasado que se llama Costa del Sol.

   Málaga, Cuna de Picasso, la Ciudad del Paraíso, que cantó el premio nobel Vicente Alexander, Málaga marinera y cantaora, cosmopolita y popular, eje de la costa turística más renombrada de España, una tentadora oferta para los sentidos… 
   
   Málaga La Bella, así es mi Málaga.


3 comentarios:

  1. Infelizmente no conozmo Malaga tanto como me gustaria a mi pero de lo poco que la conozco es una tierra preciosa y tierra de buena gente...ademas es la tierra de adopción de mi idulo...

    Besos,Vega Pasión.

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  2. Me siento muy orgulloso de ser de Málaga, de haber conocido el amor en Málaga, de haberme casado con una malagueña, y que del fruto de ese amor Nacieras...
    Los padres siempre queremos que nuestros hijos nos superen en aquellas cosas, que nosotros no supimos conseguir...
    Me siento muy orgulloso de tí..., de cómo eres..., de cómo piensas..., de tus trabajos..., y hasta de tus propios sueños..., ¡Viva la madre que te pario!
    Que no podia ser otra, que una malagueña...!!
    Por eso grito contigo...,¡¡Viva Málaga y Ole!!
    Gracias hijo, por ser como eres...
    Un Abrazo muy fuerte y un Beso de tu Padre.

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  3. Muchas gracias Papa por esas palabras que me dedicas pero soy yo quien debe de agradecerte a ti:

    Gracias, por enseñarme a escuchar; a veces eso ayuda más que todo el oro del mundo.

    Gracias..., por darme tu mano cuando la necesité; por estar siempre cerca, y aún así permitir que tomara mis propias decisiones, mis propios riesgos.

    Gracias..., por dejarme decidir, por respetar mis decisiones, por estar ahí cuando tuve descalabros.

    Gracias..., porque hoy, sigues a mi lado, guiándome y dándome fuerzas en los momentos difíciles.

    !Te quiero mucho!

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